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¿Cómo saber en qué invertir tu dinero?

15 mayo, 2020

Si después de algún tiempo y mucho esfuerzo por fin has construido un ahorro significativo, quizás te hayas podido preguntar qué hacer a continuación.

Sabemos que, debido a la inflación, cuando mantenemos nuestro dinero “estacionado” comienza a perder valor conforme el tiempo pasa.

Esto no implica que la cantidad en tu cuenta se reduzca, sino que tu poder de adquisición es menor.

Puedes ver este efecto en casi cualquier cosa. Si vas a la tienda más cercana y revisas los precios, notarás que las cosas cuestan más que hace algunos años.

Algo que a inicios de los 2000 costaba $50 dólares, ahora puede costar $60 o $70, aunque el producto sea el mismo (¿has comparado el precio actual de las botanas con el de los años 90?).

Por lo tanto, no basta con solo ahorrar, porque entonces perdemos lo que tanto trabajo nos ha costado.

El único medio para contrarrestar esto consiste en invertir en algo que nos dé un interés efectivo anual más grande que el de la inflación. Es decir, ganar más dinero para que nuestro poder adquisitivo se conserve.

Pero entonces surge una pregunta:

¿Cómo sé en qué debo invertir?

Ojalá existiera una respuesta que pudiera aplicar a todos, sin importar su condición o la cantidad que han ahorrado, pero no es así. La realidad es que existen cientos de tipos de inversiones y elegir el adecuado para nosotros es un proceso complejo que depende de muchos factores personales, sociales y económicos.

Por eso, antes de que comiences a investigar qué son los fondos de inversión, los fondos indexados o cómo funciona la bolsa, te conviene detenerte un momento para analizar los principales factores que debes tener en cuenta una vez que inicies en el mundo de las inversiones.

Libertad de deudas

Lo primero que tienes que hacer con tu dinero, antes de pensar en invertir, es pagar todas las deudas que tengas.

Invertir no es un proceso mágico que te vuelva millonario de la noche a la mañana. En realidad, toma años o incluso décadas obtener un ingreso considerable a través de este método.

Si pensabas que iniciar con algunas inversiones iba a ayudarte a pagar lo que debes, lamento decirte que no funcionará. De esta manera solo estarías acumulando intereses y al final tus finanzas personales se volverían insostenibles.

Tolerancia a la pérdida

Es común que la gente inicie en el mundo de las inversiones pensando en cuánto pueden ganar. Pero una pregunta más adecuada sería

¿cuánto estás dispuesto a perder?

Piénsalo por un momento, ¿cómo te sentirías si perdieras el 10% de tu inversión o el 50% o incluso el 70%?

A todos nos genera cierto malestar la idea de que nuestro dinero se esfume, es normal. Pero si la idea de perder te aterra, es más probable que en un mal momento económico decidas vender cuando el valor de tu inversión esté en el punto más bajo, sin darte cuenta de que estás actuando precipitadamente.

La paciencia y la resiliencia son cualidades vitales en el mundo de las inversiones, por lo que saber cuál es tu rango de tolerancia ante la potencial pérdida es el primer paso para saber qué tipo de inversión es el correcto para ti.

El propósito de la inversión

Es necesario que tengamos muy presente la razón por la que estamos invirtiendo.

¿Es solo para ganarle a la inflación?

¿Porque necesitamos un extra para un viaje que estamos planeando?

¿Para nuestro retiro?

Cada uno de estos tiene una fecha límite aproximada y trata con cantidades diferentes.

No es lo mismo querer estar unos cuántos dólares delante de la inflación que las cantidades necesarias para sobrevivir el resto de nuestra vida después de abandonar nuestro trabajo.

Tener claros los objetivos con los que comenzamos nos ayudará a medir la cantidad de riesgos que estamos dispuestos a aceptar y el tiempo en el que esperamos un retorno.

Un plan que respalde

Cuando sabemos cuál es nuestra tolerancia a la pérdida y definimos nuestro objetivo, es hora de usar esta información para desarrollar un plan que registre el tiempo que queremos conservar una inversión y el umbral de pérdida y ganancia que nos llevaría a retirarnos de ella.

Esto sirve para respaldar nuestras decisiones y toma el lugar de una “guía” que nos indica qué hacer en ciertas situaciones.

De esta manera, cuando la economía pase por unos pequeños baches evitaremos las decisiones emocionales o impulsivas.

Diversificación de ingresos

¿Alguna vez has oído la expresión “poner todos los huevos en una canasta”?

Usualmente viene acompañada de una recomendación sencilla: no lo hagas.

Esta alegoría sirve para ejemplificar lo frágiles que pueden resultar nuestras finanzas cuando confiamos en que todo nuestro dinero venga de una sola fuente.

Imagina que hace un par de décadas hubieras invertido todo en una empresa que se especializaba en fabricar disquetes para computadoras. En unos cuantos años, con la llegada de tecnologías más prácticas, la compañía se hubiera desplomado, ocasionando que perdieras todo tu dinero.

Ahora piensa en un caso similar, pero en el cual no solo hubieras invertido en la empresa de disquetes, sino también en una de smartphones o en una red social como Youtube o Facebook.

Aunque sin duda hubieras perdido lo que invertiste en la compañía de disquetes, gracias a que no dependías de una sola fuente, tus finanzas estarían a salvo y en constante crecimiento.

Por eso, cuando comiences a invertir necesitas escanear el terreno para que puedas elegir varias opciones que se adecuen a tus intereses, tu presupuesto, tu tolerancia al riesgo y tu periodo de inversión.

Costos extras

Para casi todas las inversiones se necesita un intermediario. Y al tratarse de un trabajo como cualquier otro, estas personas se hacen merecedoras a un pago.

En ocasiones se trata de uno solo, como los corredores de bolsa, que cobran por operación. Otros, como los fondos de inversión o los fondos indexados, retienen una cantidad del dinero invertido para cubrir gastos. Y otros, como las cuentas de ahorros de alto rendimiento, se hacen cargo de todos los procesos a cambio de un porcentaje mayoritario de las ganancias.

Estas cantidades cambian de acuerdo con el tipo de inversión y el dinero que se maneja, por lo que siempre debes permanecer atento a estos números, para que no te tomen por sorpresa.

Nivel de actividad

Las inversiones toman tantas formas que seguro puedes encontrar una que ocupe tanto o tan poco de tu tiempo como tú quieras. Por supuesto, entre más les dediques, más conocimiento debes tener, pues te enfrentarás de manera activa a decisiones que conllevan riesgos mucho mayores.

Si no estás seguro sobre cómo se maneja un tipo de inversión o no conoces las situaciones que pueden surgir, es mejor que primero dediques una buena parte de tu tiempo a aprender o que comiences con un tipo de inversión que requiera menos atención.


Invertir es una de las mejores decisiones financieras que podemos tomar, pues no solo nos brinda seguridad ante la constante depreciación de la moneda, sino que puede añadir una cantidad a nuestros ingresos y en algunos casos convertirse en un medio de sustento.

Por supuesto, comenzar a invertir no es una solución inmediata a todos nuestros problemas económicos y siempre debemos hacerlo cuando ya hemos adquirido el suficiente conocimiento.

Es cierto que los mercados crecen y caen todo el tiempo y el valor de las cosas cambia de manera inevitable. Pero con mucho estudio y práctica este ambiente caótico comenzará a tener cada vez más sentido y los beneficios que podrás obtener al aventurarte en el mundo de las inversiones serán mayores de lo que imaginas.

¿Tienes alguna duda? ¿Cuál ha sido tu experiencia al invertir? Nos interesa leerte. No dudes en comentarlo. 😉

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