Skip to content

7 pasos para terminar cualquier proyecto

5 enero, 2022

Existe una cantidad inmensa de personas que, aunque completaron sus estudios universitarios sin mayor problema, no han conseguido titularse. Esto no se debe a falta de conocimientos o de habilidad, sino a que se enfrentan a uno de los temores más grandes de un estudiante: la redacción de una tesis de grado.

Por supuesto, esta situación no se limita a textos académicos, sino que se extiende a todo tipo de proyectos personales y profesionales que no logramos terminar.

¿Quieres incorporar una rutina de ejercicios en tu vida diaria? ¿Leer un libro muy grande?

Este tipo de proyectos, en los que contamos con cierta “libertad temporal” o en los que no tenemos una fecha límite establecida, suelen ser postergados a menudo.

Comenzamos con dejarlo para otro día y antes de que nos demos cuenta, ha pasado una década sin que podamos terminar lo que queríamos (o debíamos) hacer, a pesar de que todo estaba a nuestro favor.

Por eso, si tienes en mente un proyecto, pero estás atascado, sigue estos pasos:

1 – Toma una decisión

Es el punto más importante del proceso. Si no tomas la decisión de terminar aquello que te has propuesto, nada de lo demás va a servirte.

Tomar una decisión implica estar dispuesto a hacer el trabajo que sea necesario para progresar, a esforzarse y a tomárselo en serio. En este punto no te preocupes por el cómo o el cuándo, solo concéntrate en definir si estás dispuesto o no.

Para ayudarte, precisa qué es lo que vas a lograr y por qué es valioso para ti.

  • ¿Qué es lo que está en juego?
  • ¿Cuánto te importa conseguirlo?
  • ¿Qué vas a obtener al hacerlo y qué puedes perder al no completarlo?

Una vez que tengas todo esto claro, solo queda elegir hacerlo.

A pesar de que suena sencillo, puede resultar muy difícil para la mayoría, pues elegir conscientemente requiere un cambio drástico en la forma en la que manejamos nuestra vida.

Lo hemos mencionado en otras ocasiones: necesitamos dejar de existir como autómatas y empezar a tomar el control de nuestras acciones y nuestro tiempo; pensar antes de actuar y reflexionar sobre los pros y contras de nuestras decisiones.

Vivir de manera consciente resulta complicado y demanda mucha fuerza de voluntad, pero una vez que lo consigues te vuelves imparable.

2 – Analiza la situación

Cuando vas a realizar un viaje largo y quieres llegar de manera rápida y segura a tu destino, es necesario conocer cuál es el camino más eficiente.

Debes investigar rutas, precios, distancias, etc. De otra manera, las probabilidades de que te pierdas o que tomes un camino muy extenso son altísimas.

Lo mismo sucede cuando nos proponemos un proyecto. No solo debemos plantear con claridad cuál es nuestro objetivo, sino que también establecer qué acciones nos van a acercar a él y cuáles nos van a desviar.

Esto nos lleva a una conclusión obvia, pero vital: debemos tomar las decisiones que nos acerquen a lo que deseamos.

Es probable que las personas con un problema grave de procrastinación entiendan la teoría, pero llegado el momento de ponerlo en práctica, no lo consiguen. Por supuesto quieren hacer lo correcto para sí mismos, aquello que proveerá los mayores beneficios, ¡pero es muy difícil!

Por eso te repito el primer paso: es necesario que tomes el control de tu vida, que dejes de vivir como un autómata y que actúes de manera consciente.

Si te hace falta, realiza ejercicios para incrementar tu fuerza de voluntad y usa herramientas para dejar de procrastinar. Hay una infinidad de recursos a tu disposición para ayudarte, lo único que falta es que te atrevas a ocuparlos.

3 – Haz cualquier avance

A menudo, cuando nos atascamos en un proyecto, nosotros mismos nos encargamos de bloquear cada salida.

“No voy a trabajar hoy, porque haría muy poco… mejor lo dejo para después”

“No me siento muy creativo ahora… después estaré más despejado”.

¿Alguna vez te has dicho algo así?

Esperamos que llegue un momento casi mágico de inspiración en el que arrasaremos con nuestro proyecto en una sola sentada o un impulso tan grande que nos llevará a terminar sin ninguna dificultad. Pero la verdad es que esos momentos no existen.

En nuestro continuo “esperar el momento correcto” estamos dejando que pase el tiempo sin lograr ningún avance hacia nuestra meta y esto se debe principalmente a dos factores: el estrés y el miedo.

Enfrentarnos a algo que consideramos difícil nos llena de ansiedad; es una sensación tan abrumadora que nos sentimos como el protagonista en una película de terror, con nuestros deberes espiándonos desde las sombras, listos para saltar frente a nosotros y gritarnos en la cara.

No es sorprendente, pues, que huyamos de lo que tenemos que hacer. Pero el punto clave está en que este pánico (consciente o inconsciente) solo puede superarse cuando convivimos en cualquier medida con lo que nos da miedo.

Si la tesis es el monstruo de tu película, procura pasar tiempo con ella. Escribe un párrafo al día o, si tu caso es muy extremo, basta con un solo enunciado o incluso un par de palabras.

Cualquier avance, por pequeño que sea, cumple dos objetivos: te acerca un poco a tu meta y, lo más importante, reduce tu miedo a trabajar en el proyecto. El único requerimiento es que se haga de manera constante. Es decir, día con día.

Poco a poco podrás incrementar el esfuerzo que haces en tus deberes y antes de que lo notes estarás desarrollándote con soltura en aquello que te aterraba.

4 – Sal de tu nueva zona de confort

Al trabajar diariamente en algo nos sentimos más cómodos en ese nuevo ambiente, le perdemos el miedo y nuestra lista de aptitudes crece.

La mala noticia es que, aunque estamos en un lugar mejor que antes, no podemos quedarnos aquí. Es imperativo salir de esta nueva zona de confort para seguir desarrollándonos.

Por lo tanto, si después de la primera semana en que todos los días escribiste por lo menos diez palabras de la tesis, te das cuenta de que no es tan difícil como esperabas, aumenta la cantidad.

Te repito, estos pasos te servirán con cualquier tipo de proyecto. ¿Quieres ejercitarte? Durante la primera semana puedes hacer 10 jumping jacks cada día, ¿quieres leer más? Lee cinco páginas cada día durante tu primera semana. Pero para la segunda, escribe 20 palabras, haz 15 jumping jacks o lee 10 páginas.

Lo importante es que tus avances comiencen a ganar más peso cada vez.

5 – Proponte una fecha

Una vez que tus miedos empiecen a quedar atrás y te sientas cada vez más a gusto con hacer progresos constantes en tu proyecto, será hora de empezar a usar un calendario.

No se trata de marcar con una equis roja el día en el que debes tener todo terminado ni tampoco de hacer una microgestión de tu tiempo.

El objetivo de este paso es que te demuestres a ti mismo que puedes concluir una fracción significativa del trabajo de acuerdo con una planificación.

Por ejemplo, terminar el primer capítulo de tu tesis en dos semanas. Solo eso. No te preocupes por los capítulos siguientes o por producir algo perfecto. Tu objetivo es terminar y cumplir con esa fecha que te propusiste.

Un único propósito te ayudará a concentrarte, mientras que segmentar el trabajo en una parte más manejable servirá para empujarte fuera de tu zona de confort al mismo tiempo que te mantienes en un área no tan desafiante.

Te repito una vez más: esto debes adaptarlo a tu proyecto y a tu forma de trabajar. Quizás sea más conveniente en tu caso el terminar un capítulo en tres semanas o incluso un mes. Lo importante es que sea algo que puedas cumplir, sin permitirte holgazanear.

6 – Planifica el resto de tu proyecto

Con tu primera fecha límite completa, habrás superado la parte más difícil del proceso.

Ahora sabes que es posible terminar este proyecto y has desarrollado las habilidades necesarias para hacerlo. Por eso, es momento de crear planes para el trabajo restante.

Organiza tus fechas de acuerdo con lo que aprendiste de tu progreso previo; propón metas que puedas cumplir y no olvides lo que ya has logrado.

Pero es importante que tampoco te vuelvas condescendiente contigo mismo; si eres capaz de terminar dos capítulos de tu tesis cada mes, no planees acabar solo uno.

7 – ¡Hazlo!

Una vez que tienes las habilidades y has planificado tu calendario, solo queda el último paso: escribe esa tesis hasta terminarla, incorpora una rutina de ejercicios completa a tu día a día o acaba el libro que quieres leer.

Cualquiera que sea tu objetivo o el proyecto que quieres lograr, con este proceso de avances pequeños pero continuos tienes asegurado el éxito.

Aunque, incluso con toda la ayuda posible, en algún momento te resultará difícil apegarte a él, pero si cumpliste con el primer paso y tomaste en verdad la decisión de hacerlo, recuerda por qué es importante para ti y vuelve al trabajo. Antes de que te des cuenta tendrás en tus manos aquello que parecía imposible y todo habrá valido la pena.

¿Tienes alguna duda? ¿Qué proyectos te han costado más y cómo los superaste? Nos interesa leerte. No dudes en comentarlo. 😉

Últimas entradas de Abimael Bertoni (ver todo)